Borrar y cuenta nueva
Eran las 6:30 de la mañana en un día soleado, una casa de tres pisos con un patio grande con césped cortado, un señor delgado de cuarenta años de edad salía de la puerta de la casa quien se dirigía a la calle, su aspecto era serio vestía un traje formal, usaba lente de transición los que se oscurece cuando sales al sol.
En la vereda estaba sentada una señora que no aparentaba más de treinta y cinco años, era Marcela una chica que no sabían nada sobre ella por más de veinte años. Junto a ella se encontraban dos niños; una niña de 10 años y un niño de 8 años, ambos con una mirada decaía y cada uno traía una maleta consigo.
Él frunció el ceño y la mirada de él con la de ella hicieron contacto, él sintió un escalofrío por su cuerpo pero contuvo su postura ocultando el asombro y mirando con más seriedad. Marcela se levantó y rápidamente dijo.
-Ayúdame por favor.
Sin más él metió su mano en el bolsillo interno de su chaqueta, sacó el celular y realizó una llamada.
- No podré ir hoy, por favor hazte cargo de la situación pero si sucede alguna novedad no dudes en llamarme.
Se escucha una voz respondiendo del otro lado pero no se entendía externamente, él añadió:
- Tranquila no pasa nada grave, solo se me presentó una situación por este lado y debo atender, no te preocupes, todo está bien. Si necesito tu ayuda te llamaré. Muchas gracias por todo.
Mientras colgaba el celular y lo guardaba les invitó a entrar a la casa.
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